Víctima de amenazas de muerte e intimidaciones de todo tipo por defender un caso sensible, fui la primera participante del programa Respiro en noviembre de 2021. Esta estancia de un mes en París me permitió descansar, recargar energías y recuperar fuerzas en un entorno seguro y en una ciudad particularmente hermosa. Después de largos meses de estar siempre en alerta, finalmente pude sentirme segura y trabajar en paz. El equipo del programa fue increíblemente amable y realmente experimenté lo que es la solidaridad y la confraternidad.
También pude conocer a abogados de otros países, beneficiarme de sus experiencias y forjar conexiones duraderas. Las reuniones con las autoridades me permitieron avanzar y encontrar pistas para resolver mi caso difícil. Este programa me dio la energía y motivación necesarias para continuar mis luchas. Volví a mi país decidida a seguir defendiendo los derechos humanos. El programa Répit ha sido así una bocanada de aire fresco esencial para mí. Lo recomiendo encarecidamente a todos los abogados que enfrentan peligro en su profesión en su propio país.